En nuestra manera de entender el trabajo terapéutico con el niño, niña y adolescente deseamos ofrecer una relación basada en la conexión, la implicación, el respeto y la comprensión que favorezca la posibilidad de ir creciendo y aprendiendo a:
- Tomar conciencia, identificar y expresar las propias emociones.
- Abordar situaciones que están resultando problemáticas o están generando sufrimiento o malestar, aprendiendo nuevas maneras de afrontamiento y manejo.
- Adquirir habilidades emocionales para dar respuesta al entorno.
- Desarrollar habilidades en el ámbito de las relaciones con iguales.
- Crecer en sensación de valía, capacidad, seguridad y confianza en uno/a mismo/a.
Será fundamental crear un espacio y una relación de seguridad, cuidado y confianza así como un trato cálido y cercano que permita abordar, explorar y trabajar aquello que el niño/a o el adolescente requiera.
En Erein Psicología el acompañamiento a niños, niñas y adolescentes se adapta a su lenguaje, utilizando el juego simbólico, el dibujo, las metáforas, los cuentos, a través del cuerpo…
Los padres o tutores siempre serán pieza clave en todo trabajo terapéutico con niños, niñas y adolescentes. Por ello, la comunicación, la coordinación, el trabajo en equipo y las sesiones familiares, cuando así se requiera, son aspectos que siempre estarán presentes en el proceso de intervención.
Alguno de los motivos por los cuales las familias
solicitan el apoyo de Erein psicología
Miedos.
Fobias.
Bajo estado de ánimo.
Acoso escolar.
Dificultades de adaptación.
Dificultades en la gestión emocional
(baja tolerancia a la frustración, fuertes estallidos de ira o rabietas, etc.)
Inseguridad, baja autoestima.
Situaciones de duelo.
Ansiedad.
Consumo de sustancias.
Dificultades en la relación con los otros, falta de habilidades sociales.
Un uso excesivo del teléfono móvil, videojuegos, etc
Cambios significativos en la vida del niño/a o adolescente (separaciones, pérdidas, cambio de centro escolar).
Dificultades de aprendizaje, déficit de atención o hiperactividad y el consecuente malestar que ello genera.
Problemas de alimentación.
Problemas de sueño.
Pensamientos o conductas obsesivas.
Sin embargo, el motivo de consulta no tiene por qué encontrarse bajo el paraguas de una “etiqueta diagnóstica”. El indicativo fundamental de que el niño/a o adolescente puede requerir de un acompañamiento psicológico nos lo dará la presencia de un malestar o sufrimiento significativo que interfiere en ámbitos importantes de su vida.
Si tienes alguna preocupación respecto a tu hijo o hija puedes ponerte en contacto con nosotras e intentaremos ayudarte.
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